viernes, 3 de marzo de 2017
"La autocompasión viene desde la infancia"
¿Cómo se desarrolla el papel de víctima?
¿La autocompasión viene de la infancia?
Existen cuatro situaciones que pueden ayudar a que desarrollemos una actitud de víctimas:
La vulnerabilidad y dependencia de los niños.
Debido a la edad, falta de conocimientos y habilidades, necesidad de depender de los adultos, las limitaciones que dichos adultos imponen, etc., todos los niños se sienten víctimas, en muchas situaciones.
Esto le sucede a cualquier niño, independientemente de que tenga una vida estable, protegida, feliz y llena de amor.
Es parte de las características de la niñez.
Al crecer, los resultados de las diferentes experiencias que vivimos, la educación, ejemplos que recibimos, etc., hacen que se pierda o disminuyan este tipo de pensamientos y sentimientos o que aumenten y se establezca una actitud de víctima.
Haber vivido en un ambiente en donde se nos compadecía constantemente, escuchando comentarios como:
"Pobrecito se siente mal".
"Pobre, le dejan tanta tarea".
"Es injusto lo que le pasa, pero no puede hacer nada".O si el niño tiene una discapacidad siempre dicen pobrecito está enfermito
"A ... siempre le pasa algo malo".
El niño escucha y aprende a pensar igual respecto a sí mismo.
El ejemplo de uno o ambos padres que tenían dicha actitud.
Los niños tienden a imitar, de manera inconsciente, las actitudes de los padres y de la gente importante en su vida si vive en un hambiente de violencia golpes el niño hará lo mismo.
Haber sido realmente víctimas, de algún tipo de abuso:
Físico,
sexual,
psicológico,
emocional.
El impacto de estas vivencias puede ser tan intenso que repercuta a lo largo de toda su vida. Y quedarán heridas en su alma, heridas que es muy difícil borrar en su vida adulta.
Pero aun en estos casos, pueden y "deben" trabajarse las consecuencias, para tener una vida mejor.
No importa cuál fue la causa inicial.
Al crecer, las experiencias que vivimos, los ejemplos que recibimos, etc., pueden debilitar, eliminar o fortalecer nuestra actitud ante la vida.
La autocompasión, como cualquier otra emoción, tiene aspectos positivos y negativos.
El aspecto positivo es que, momentáneamente, disminuye el dolor y evita que nos autodevaluemos, (porque reduce el impacto de la culpa).
El aspecto negativo se manifiesta en que:
Impide que veamos el problema en toda su magnitud.
Se enfoca sólo en una pequeña parte del problema (la parte negativa que nos afecta directamente), por lo que no le vemos diferentes soluciones.
Nos aleja de la gente y nos impide resolver nuestros problemas, porque nos mantiene centrados en nosotros mismos:
"Pobre de mí, los demás me…, yo no puedo…
Impide que nos responsabilicemos de lo que nos sucede y que actuemos, porque al culpar a los demás, son ellos los que pueden y "deben" hacer algo para mejorar la situación.
Esto hace que tratemos de presionarlos o manipularlos, con lo que surgen nuevos conflictos.
Revisa tus emociones.
¿Cómo te sientes la mayor parte del tiempo?
¿Te sientes impotente, con poco control sobre tu vida?
¿Enojado con el mundo, la vida, Dios, tus padres, etc.?
Vives una gran parte del tiempo con la sensación de que, por mucho que hagas, no resuelves tus problemas y tu sufrimiento?
Si tus respuestas es si, tiendes a autocompadecerte y a sentirte víctima.
Recuerda que esta sensación, no es un reflejo de la realidad actual.
Es el reflejo de nuestras vivencias infantiles y del pensamiento y la percepción de un niño que vivió hace mucho tiempo. Recuerda darle un buen ejemplo a tu hijo no hagas a que en su vida adulta viva en autocompasión, no le digas pobre no puede claro que puede recuerda bien las vivencias infantiles son importantes en tu vida adulta
Yo te recomiendo:
Desarrolla un plan de vida.
Cuando tenemos metas claras, podemos motivarnos con mayor facilidad y reconocer los pasos necesarios para lograrlas.
Esto le da un sentido y un significado a nuestra vida, nos proporciona la sensación de control y aumenta nuestra autoestima.
Enfócate en los aspectos positivos de tu vida.
Todos los tenemos, simplemente no estamos acostumbrados a verlos o a reconocerlos.
Escrito por: Alejandro García
Bendiciones
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